Hace unos días ya que se estrenó la esperada serie de animación basada en Castlevania (en la tercera entrega más específicamente si no estoy mal informado). El recibimiento por lo pronto no parece malo, tampoco extremadamente positivo, pero sabiendo donde estaba el listón en las adaptaciones de videojuegos a otros medios, parece un gran avance.
A mi, sin embargo, no me convence, me parece una mala serie. No tengo problema con que sean solo 4 capítulos, de hecho los agradezco viendo la poco interesantes que son. Tampoco me ha molestado que se trate más de una película dividida artificialmente que de una serie como tal, quizás porque la vi del tirón o porque son detalles que no me suelen importar. Podría criticar lo lenta que es, lo insignificante que se siente todo lo que hacen sus personajes durante la mayoría del tiempo o lo cansinos que son dándole vueltas a una premisa simplona. Pero me apetece más enfocarme en los problemas que suelen tener las adaptaciones de videojuegos que aquí brillan tanto como en cualquier otra ocasión.
No voy a tener en cuenta si es fiel al material original, pues además de no conocerlo a profundidad ni importarme demasiado, la fidelidad no hace que una adaptación sea mejor ni peor. De lo que si hay que hablar es de como se malinterpretan las premisas de los videojuegos a la hora de crear nuevas historias de ellos.
Pensemos por un momento en qué es Castlevania en esencia. No es ninguna historia de venganza ni de justicia, de hecho apenas es una historia. Es acción pura, estúpida y disfrutable representada con un ridículamente divertido látigo como arma representativo. También es un terror que bebe de todos los clichés del género, pero que disfruta de los mismos llevándolos al límite de vez en cuando con la retorcida y brillante mentalidad que solo los japoneses saben aportar.
Sin embargo en la serie, no hay nada de eso. Todas las peleas, excepto la última que es algo más entretenida, son totalmente malas y anecdóticas en el mejor de los casos. Prácticamente ninguna representa peligro para el héroe, algo cuestionablemente fiel a la saga y a la filosofía de videojuego en general, pero sobre todo a cualquier guión que se precie. Se nos presentan las batallas como dilemas cuando nunca hay conflicto, antes de que empiecen ya conocemos al ganador. Podrían al menos lucirse con combates multitudinarios contra hordas demoníacas, nada más cercano a los juegos que eso, pero los demonios y vampiros brillan por su ausencia. Atacan y matan a inocentes sin nombre, claro, pero nunca se interponen en el camino de Trevor, el protagonista.
Y hablando de Trevor, es un personaje que no funciona. Es una especie de Dante que quiere desprender un aire de "Rule of Cool" pero no puede por sus aburridas acciones, su presentación lamentable como un borracho en una taberna que apenas se puede defender, sus diálogos olvidables y sus punchlines poco inspiradas. El principal problema del personaje es que se nos muestra en situaciones totalmente aburridas que si entrando en una ciudad por las alcantarillas, que si informándose de lo que pasó con Drácula repitiéndonos otra vez la historia al espectador. Todos estos momentos insípidos intentan decorarse con chascarrillos que además de no funcionar de por sí, terminan de delatar la desesperación de la serie por perder el tiempo con la menor animación posible y sin avanzar la trama.
Otro problema viene con el desarrollo de la historia y su presentación. Lo que en un videojuego se nos presenta en unos segundos con unos dibujines (o escenas animadas según la época y la tecnología) y unas cuantas líneas de texto, en la serie, y las adaptaciones de videojuegos en general, se estira el chicle hasta perder el sabor tan simple que hacía que lo mascaramos al principio y se mantuviera en nuestra boca. Tenemos un capítulo inicial completo dedicado a explicar la causa del conflicto. Veinte minutos para una simple historia de venganza que se podría resumir en uno. Por si fuera poco a través de los demás episodios los personajes no hacen más que repetir las mismas obviedades de su poco interesante mundo e historia. Tenemos explicaciones estúpidas para todos, desde volver a contar la causa de la venganza varias veces hasta narrar lo que ya estamos viendo en pantalla para, de nuevo, rellenar con contenido vacío.
Por todo esto, e incluso más, Castlevania no me parece una buena serie de momento, entiendo que a los más fans les excite ver a su franquicia representada en algún lugar a día de hoy lejos de las máquinas de pachinko pero, sinceramente, no creo que se le haga un favor a la saga con esta serie. Hay cierta posibilidad de que la segunda temporada tenga todos estos problemas solucionados, con una trama ya introducida de sobra y con vía libre para la acción y quizás un presupuesto mayor, pero las adaptaciones del los videojuegos aún tienen mucho que mejorar.
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